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lunes, 21 de junio de 2010

El papiloma humano también es asunto de hombres


El papiloma humano es una enfermedad que mata a cerca de cinco mil mujeres mexicanas al año, pero la transmiten ellos, por lo que es urgente que los hombres sean vacunados contra esta enfermedad, pero desgraciadamente sólo el 5 por ciento de vacunados contra el VPH son de sexo masculino.

Existen más de 100 tipos de VPH y se identifican con números. Sólo 30 tienen capacidad de desarrollar cáncer en áreas genitales. El tipo 16 y 18 son los causantes de 70 por ciento del cáncer cervicouterino y el 6 y 11 están relacionados con lesiones tipo verrugas en la piel o mucosas.

Esta es la enfermedad de transmisión sexual de mayor distribución a nivel mundial.


Datos en Estados Unidos revelan que más de la mitad de los hombres que tienen actividad sexual tendrán el VPH en algún momento de sus vidas y alrededor de 1 por ciento de los hombres con actividad sexual tendrán verrugas genitales al menos una vez.

Un problema de este virus es que las personas pueden estar infectadas desde hace años sin saberlo. Es el principal causante del cáncer cervicouterino, la segunda causa de muerte en el territorio mexicano después del de mama.

En los hombres el VPH no genera mayores daños a la salud. Se han llegado a identificar casos mínimos de cáncer de pene, pero una de sus manifestaciones claras son las verrugas genitales.

Aunque la vacuna tiene sus deficiencias. Una vez iniciado el cáncer, el inmunológico no tiene efecto protector. Si ya se ha estado expuesto al VPH y se resolvió con la inmunidad natural, la vacuna tampoco le agregará mayor beneficio. Además de que no protege contra todas las cepas.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que la edad para aplicar la vacuna sea entre los 9 y 12 años. En México se recomienda en mujeres que no han iniciado su vida sexual.

Para que un hombre o mujer tenga muchas posibilidades de contraer el VPH y desarrollar cáncer los términos son claros. Debe de iniciar su vida sexual a una temprana edad, tener muchas parejas sexuales o bien relacionarse con alguien que las ha tenido, fumar, no acudir al médico a revisiones periódicas y dejar pasar
signos de alarma como verrugas genitales u otras molestias.

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