Cada vez más personas menores de 50 años de edad sufren infartos al corazón debido a los malos hábitos alimenticios y sedentarismo que propician la obesidad.
Este problema viene desde la niñez cuando se forman las estrías grasas, precursoras de las futuras placas de colesterol que obstruyen las arterias, lo que se acelera por una mala alimentación.
"Estos malos hábitos son responsables de que cada vez sean más los adultos jóvenes, quienes presentan a temprana edad alteraciones metabólicas como la diabetes, hipertensión y dislipidemias, así como problemas cardiacos", explicó Gerardo Rodríguez Díez, miembro titular de la Sociedad Mexicana de Cardiología.
Los infartos y ataques cerebrales ocurren con más frecuencia en hombres y mujeres mayores de 50 años, actualmente se observa la tendencia de que gente más joven presente padecimientos crónico-degenerativos, que antes se daban en la tercera edad.
Los fumadores que inician su adicción entre los 13 y 20 años de edad están incrementando en 50 por ciento las probabilidades de sufrir enfermedad vascular cerebral y en 25 por ciento la muerte súbita por ataque al corazón, en comparación con un no fumador.
La hipertensión o presión arterial alta aumenta el trabajo del corazón y cuando se acompaña de tabaquismo, alcoholismo o consumo excesivo de sal, puede afectar seriamente los riñones o provocar hemorragia cerebral.
Los coágulos son responsables del bloqueo súbito de las arterias que alimentan el corazón (coronarias) , o las que alimentan al cerebro, por lo que el repentino taponamiento puede impedir que la sangre llegue en cantidad suficiente a esos órganos y cause muerte de la parte del tejido afectada por la falta de oxígeno. Si el daño es en el corazón se dirá que fue un infarto y si ocurre en el cerebro, se suele decir que fue una embolia.
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