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domingo, 9 de octubre de 2011

LA DIETA DEL PLATO PEQUEñO


No es que tengamos nada en contra de los platos más grandes de tu vajilla, es que, si aprendes a comer pequeñas cantidades, podrás probar de todo y no coger ni un kilo; es más, adelgazarás.

Porque sí, porque es una pena dejar comida en el plato y siempre que nos servimos más cantidad de la que necesitamos, acabamos comiendo más de la cuenta.Un estudio de la Universidad de Illinois lo confirma: la gente come hasta un 45% más de alimentos cuando se sirven porciones más grandes. Y esto se nota: si empiezas a comer una bolsa de patatas fritas grande, no puedes parar hasta acabarla, lo cual no es lo mismo que tomarlas como aperitivo en un plato pequeño, y la diferencia es de ¡hasta 700 kilocalorías!

El problema es que, si estás acostumbrada a comer grandes cantidades, no puedes pasar de repente a tomar pequeñas tapas. Un truco: ingiere menos alimentos con grasas y azúcares y cámbialos por productos frescos de origen vegetal, que con menos calorías generan saciedad. Por ejemplo: cambia el segundo filete por un poco más de ensalada como guarnición.

Claro que si comes en casa, esto se puede controlar, pero, si eres de las que almuerza en el bar cerca de la oficina, controlar las cantidades te será más difícil, sobre todo, porque en estos casos las raciones suelen ser muy grandes. Así que, es mejor que empieces a preparar las fiambreras y aprendas a cocinar tus propios platos para racionar mejor lo que comes. Apunta algunas propuestas sabrosas, saludables y ¡en pequeñas cantidades!

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